En el mes de septiembre fui invitada por el I.E.S. Andrés Laguna de Segovia, a cuya Dirección agradezco que contaran conmigo para ello, a participar en su programa TIC con una serie de charlas para los alumnos del centro sobre implicaciones legales del uso, o mejor dicho, ciertos usos de las redes sociales y smartphones. Mis seguidores de Twitter, Facebook y Linkedin estarán al corriente de estas sesiones, pues quizá me he puesto un poquito pesada con el tema, pero es que me parece muy loable este tipo de iniciativas desde los centros de educación.
Además tuvieron el acierto de extender el programa a padres y profesores, mediante una última ponencia, que tuvo lugar el pasado día 4 de diciembre y de la que adjunto a continuación la presentación que sirvió como apoyo ilustrativo:
Creo que esta última charla tuvo gran acogida, a juzgar por el número de asistentes. De este dato, así como de los comentarios y las diversas preguntas que se sucedieron tras mi exposición (ese debate final es siempre lo más interesante), deduzco que el tema preocupa, y no poco, tanto a padres como a profesores. Y es que, tal y como manifesté allí, nos ha tocado vivir el período de adaptación a estas nuevas tecnologías que constituyen la llamada web 3.0, y respecto a las cuales aún no sabemos muy bien, ni siquiera los adultos, cómo manejarlas y cuáles pueden ser sus implicaciones. Tampoco creo ser muy temeraria si digo que a buen seguro a muchos padres serán sus hijos quienes les enseñen a configurar su privacidad en Facebook.
Aunque con un enfoque distinto, tanto en las conferencias a los chavales, como en la dirigida a padres y profesores, se trataron cuestiones relativas a la propia privacidad y la de los demás, posibles conductas delictivas, responsabilidad de los menores y de los padres y herramientas para informarse y para protegerse.
No me llamó la atención que la inmensa mayoría de los chicos, de entre 12 y 14 años, tuvieran smartphone, cuenta en varias redes sociales y el whatsapp ardiendo. En cambio, al preguntar a los padres, fueron muchas menos las manos que se alzaron. En general los chavales conocen bien el funcionamiento de las redes sociales (por ejemplo, contestaron acertadamente a las preguntas del juego simulador de privacidad de tuenti) y fueron varios los que expusieron supuestos en los que un «primo» o una «amiga» había sido sujeto pasivo, e incluso activo, de alguna acción ilícita cometida a través de estos medios electrónicos.
También se comentaron diversos casos por parte de los padres y profesores. Imagino que lo que más les preocupará será el cyberbullying y el grooming, si bien, quizá por verlo como algo más probable de que les pueda suceder a sus hijos, muchas de las preguntas giraron en torno a cuestiones tales como el uso y/o divulgación de imágenes o vídeos por parte de las escuelas o institutos, como el comentado aquí, como sobre todo la difusión por parte de los propios menores de material íntimo respecto a sí mismos y a terceras personas (lo que, por otra parte, puede ser una manifestación más del cyberbullying).
Por último, no tengo datos suficientes para saber si estos adolescentes entendieron bien las consecuencias legales que se pueden derivar de ciertos actos, pero, tras hablarles sobre la Sentencia de la Audiencia Nacional que avala el acceso por parte de un colegio al teléfono móvil de un menor si su consentimiento, bien que comentó alguno «¡Anda, y ¿nuestra privacidad?» Y, ¿qué quieren que les diga?, no le falta razón.
Les dejo enlaces a vídeos y sitios web de interés que fueron expuestos o citados en estas charlas, así como la presentación para los alumnos:
Vídeos:
.- «Redes sociales y privacidad. Cuida lo que publicas sobre los demás«
.- «¿Tienes privacidad de verdad en las redes sociales?«
Páginas web: