Hace unos días en LinkedIn se planteaba el debate, entre varios compañeros de profesión, de si los abogados debemos estar presentes en las redes sociales o no y, en su caso, en cuáles y si diebíamos incorporar los enlaces a los respectivos perfiles en nuestras comunicaciones con clientes o colegas.
Este post no tiene pretensiones de marketing jurídico, sino de dar simplemente mi opinión al respecto, como abogada y usuaria de las redes sociales Twitter, LinkedIn y Pleiteando.
Como optimista digital que soy, veo en el uso de las redes sociales, así como de la tecnología en general (pues todo depende del uso que hagamos de ellas) más ventajas que desventajas, pero empezaré por éstas últimas, que entiendo son válidas para todos, no sólo para abogados:
1.- Requieren tiempo: En el sistema en que vivimos, hace ya mucho que el tiempo es oro, y si un abogado, como cualquier otro profesional o empresa, quiere tener presencia en las redes sociales, hacerlo bien le va a llevar más tiempo del que quizá hubiera previsto o pensado. Además normalmente no se observan grandes ventajas a corto plazo, sobre todo si lo que uno pretende es única o principalmente captar nuevos clientes. Que nadie se engañe: por abrirte una cuenta en LinkedIn no vas a tener grandes colas a la puerta de tu despacho (pero si algún colega lo ha conseguido que me cuente su secreto por favor).
2.- Se está más expuesto al público, obviamente. Por ello debemos tener mucho cuidado con aquello que publiquemos y cómo nos comportemos, siendo necesario tener mucho tacto en determinadas situaciones. Aún así es posible cometer algún error (¡somos humanos caray!), pero hemos de intentar corregirlo de la mejor manera.
Por contra, observo suficientes ventajas en el uso de las redes sociales (o al menos de determinadas redes sociales) por parte de los abogados:
1.- Publicidad: Los abogados tradicionalmente somos reacios a un tipo de publicidad directa del tipo «divorcio express a XXX €», y un buen uso de las redes sociales y de los blogs nos permite darnos a conocer a potenciales clientes, y además hacerlo de forma gratuita y de modo que ellos conozcan de primera mano en qué y cómo trabajamos.
2.- Fuente de información: Los usuarios de las redes sociales están continuamente generando y recibiendo información. Entiendo que un abogado puede obtener a través de ellas información valiosísima para su profesión y de distinta índole: Sobre actualidad jurídica (novedades legislativas y jurisprudenciales así como de editoriales y herramientas jurídicas), acerca del comportamiento de tu competencia, y relativa a las necesidades que los clientes o potenciales clientes tengan, lo que te permite averiguar qué valores añadidos puedes ofrecerles y en qué puedes mejorar los servicios que ya prestas.
3.- Posibilidad de generar colaboraciones o de encontrar oportunidades, ya sea con otros abogados, con otros profesionales o incluso con algún medio de comunicación (gracias a twitter me han hecho una entrevista en la radio ¡y hace ilusión y es divertido!).
4.- Aumenta la confianza del cliente: ¿Por qué? Porque percibe que estás activo, aprecia que estás al día en tu sector y tiene una visión más cercana y transparente de tu actividad.
En conclusión: personalmente apuesto por el uso de las redes sociales por parte de los abogados pues, al menos hasta el día de hoy, a mí me ha reportado más beneficios que otra cosa. Eso sí, como todo, hay que hacerlo con sentido común buenas prácticas. Yo estoy ahí, intentándolo. Y tú, ¿qué opinión tienes? ¿cuál es tu experiencia?